miércoles, 21 de agosto de 2013

Ebbrezza di Noè

La embriaguez de Noé es uno de los frescos de la serie del Génesis de la Bóveda de la Capilla Sixtina que pintó Miguel Ángel. La escena representa el episodio en el que Cam, Sem y Jafet encuentran a su padre Noé desnudo y ebrio.


Cronológicamente, primero a la izquierda se encuentra Noé trabajando la tierra y sembrando una viña con una pala.
La escena principal se desarrolla en el resto del cuadro. En medio está Noé desnudo. Apenas se está reincorporando y su posición es similar al Adán en el mural vecino de La creación de Adán o al dios fluvial de uno de sus dibujos posteriores.
Sem evita mirar a su padre y lo cubre con un manto azul. Cam y Jafet discuten entre ellos para saber que ha ocurrido con su padre. Miguel Ángel pinta a los tres hijos desnudos también y solo portan unas mantas que traen enrolladas en su cuerpo como pretexto para representar, una vez más, el desnudo masculino.
Lamentablemente  abajo a la derecha una de las figuras  no pudo ser restaurada. Solamente se alcanza a ver parte de su cara y sus piernas.
Este fresco es uno de los más sencillos y menos alegóricos de la serie.
En esta obra se ve el tratamiento puramente coloreado del modelado que hace Miguel Ángel. La manta verde sobre la que duerme Noé se encuentra realzada con reflejos de color amarillo donde incide la luz. De esa manera evita mezclar con negro la pintura para indicar sombra o con blanco para indicar lo directamente iluminado.

Detalle del fresco
La embriaguez de Noé Ebbrezza di Noè
MIGUEL ANGEL  1509
Fresco  Renacimiento
1.70 m x 2.60 m
Capilla Sixtina
Vaticano


Sacrificio di Noe

EL SACRIFICIO DE NOE

El sacrificio de Noé es una de las nueve escenas del Génesis que Miguel Ángel pintó al fresco en la bóveda de la Capilla Sixtina, datable entre 1508 y 1510. Su tema es el sacrificio que Noé realizó después del Diluvio Universal; un pasaje narrado en el capítulo 8, versículos 20 a 22;1 relacionado con la alianza entre Dios y el hombre y considerado en la exégesis bíblica como una prefiguración del sacrificio de Cristo
Noé, vestido con una túnica roja, se encuentra detrás de un altar cúbico que también es un fogón, con un orificio superior por donde salen llamas. Noé levanta la mano señalando al cielo, como agradecimiento a Dios. A su izquierda, una anciana (posiblemente su esposa), se vuelve hacia él, en actitud de decirle algo al oído. Una mujer joven, a la derecha de Noé, mete una rama en el fuego mientras evita mirar a las llamas y al carnero que está siendo sacrificado.
Un hombre, a la derecha, lleva en sus brazos una gran brazada de leña. A sus pies, un hombre desnudo está sentado a horcajadas sobre un carnero degollado, y se vuelve hacia su derecha para entregar las vísceras a otro para que las queme. Un segundo hombre desnudo se encuentra arrodillado y agachado para poder asomarse a un orificio delantero del altar desde el que se ve el interior del fogón.
A la izquierda de la escena, en primer término, un tercer hombre desnudo, con notable esfuerzo, lleva hacia el sacrificio a un carnero, que se resiste. Detrás de él hay un toro, dos caballos y un elefante.
Como otras escenas centrales de la bóveda de la Capilla Sixtina, el recuadro está flanqueado por dos medallones (que, en monocromía que simula bronce, representan la Destrucción de Baal y la Muerte de Urías) y rodeado en sus cuatro esquinas por cuatro ignudi (figuras de jóvenes desnudos).

Detalle del fresco
El sacrificio de Noe
Sacrificio di Noe
MIGUEL ANGEL hacia 1508-1510
.Fresco -Renacimiento
1.70 m x 2.60 m.
Capilla Sixtina
Vaticano

Diluvio Universale

 EL DILUVIO UNIVERSAL

El Diluvio Universal es una de las escenas de la bóveda de la Capilla Sixtina, pintada al fresco por Miguel Ángel hacia 1509. Su tema es un pasaje bíblico del libro del Génesis (7:14-24): el diluvio universal.

Para esta composición Miguel Ángel reservó el último de los nueve espacios de gran tamaño. De todas las escenas de la bóveda, esta es la que incluye más figuras humanas (más de 60), y la de composición más compleja.
A la izquierda, una fila de personas llega a una porción de tierra donde intentarán, en vano, sobrevivir. La gente está asustada, algunos niños lloran y otros parecen no saben lo que ocurrirá. Algunas personas cargan sus pertenencias y otras no llevan absolutamente nada. En esta pequeña isla solo queda un árbol seco en donde un joven intenta subirse.
En segundo plano, una roca aun sobresale de la superficie de las aguas. En ella hay otro grupo de personas que se encuentra refugiado bajo una manta amarrada entre dos árboles secos. A la izquierda de la roca un anciano carga con su hijo inerte, intentando alejarlo de la orilla. El grupo de gente que queda varado en la roca es más dramático que el de la isla a la izquierda del fresco. Están realmente preocupados, y muchos lloran al contemplar el fatídico final que les espera. Un hombre en el agua intenta desesperadamente subir a la roca agarrándose a las raíces del árbol viejo.
Lamentablemente, sobre esta roca hay un sector que no se pudo restaurar .aqui el fresco como estaba antes de su restauracion.

Un poco más lejos, otro grupo de personas está dentro de una barca que se hunde. Para intentar perder peso, algunos tripulantes arremeten contra uno de ellos para intentar echarlo. La única mujer vestida levanta los brazos, contemplando lo inminente del hundimiento. Al frente, dos hombres empujan hacia delante la barca en un intento desesperado por evitarlo. En el agua, un hombre se aferra a la barca para no hundirse. Detrás de éste, otro hombre intenta nadar. La acción dinámica que se presenta en esta escena es muy agitada y turbulenta.
El último y más alejado grupo está en torno al Arca de Noé. Su forma recuerda vagamente la de un templo. Un grupo de personas intentan en vano subir a ella, aunque sólo sobrevivirán los que ya se encuentran en su interior. Ambos rasgos presentan una evidente analogía entre el Arca y la Iglesia como "Arca de Salvación".

Detalle del fresco
El diluvio universal
Diluvio Universale
MIGUEL ANGEL, 1510
Fresco Renacimiento
2.80 m x 5.70 m
Capilla Sixtina
Vaticano

Peccato originale e cacciata dal Paradiso terrestre

4. Caída del Hombre, pecado original y expulsión del Paraíso (Génesis II, 4). Desde esta zona se encuentra la segunda fase de la pintura, así se cree que una vez retirados los andamios Miguel Ángel pudo contemplar desde la distancia el efecto de sus pinturas, y en consecuencia, se ve un aumento en la medida de las figuras, así como la disminución del número, naturalmente también es la necesidad ilustrativa en las siguientes escenas para las historias que cuenta. Esta escena corresponde a dos narraciones el pecado original y la expulsión del Paraíso, con un equilibrio perfecto y una torsión de las figuras en contrapposto, aquí se ve una clara alusión a Masaccio en comparación con su pintura Los primeros Padres
Este fresco es grande, pero por todo lo que hay pintado ahí, parece ser el más grande de todo el conjunto. En él hay seis figuras. Del lado izquierdo están Adán, Eva y Satanás. Del lado derecho vemos a un ángel y nuevamente a Adán y a Eva.
El Adán y la Eva que se encuentran del lado izquierdo son totalmente distintos a los que se encuentran del lado opuesto, pero tampoco se parecen a los de los otros dos frescos.
Aquí vemos a un Adán rubio, el cual en los otros dos frescos tuvo el pelo castaño y rojizo.
Su cuerpo ha madurado y ya no es un joven. Ahora tiene una fisonomía gigantesca y musculosa.Se está estirando para alcanzar el fruto que se encuentra en el Árbol de la Sabiduría.
Junto a él y recostada se encuentra una Eva masculina, musculosa y muy poco femenina. Ella tuerce su cuerpo para alcanzar la manzana que le está dando Satanás, el cual está enroscado al tronco del árbol por su cola. Esta escena carece de alegría. Es un poco tensa pues Adán y Eva saben que están pecando, pero no se detienen en eso.
Del lado derecho vemos la consecuencia de esto. Tal y como lo relata la Biblia, cuando Dios se enteró de lo que habían hecho y los castigó, mandó un ángel para que los expulsara del Paraíso.
El ángel que vemos aquí no es como los que acompañaban a Dios en las pinturas de la Creación de la Tierra y el Hombre. Es un ser de género dudoso. Está vestido con su propia túnica roja y apunta con una espada el cuello de Adán.
Las caras que vemos en Adán y Eva  parecen haber envejecido y su rostro se deforma y se arruga de la tristeza que los aflige. Eva parece una anciana.
Al comer del fruto prohibido, hallaron penoso el estar desnudos, sus poses demuestran pudor. Los dos se cubren del ángel y de ellos mismos.
El paisaje que se presenta atrás no coincide con lo que la Biblia dice. Nos menciona el Paraíso como eso precisamente, un lugar de extraordinaria vegetación y fauna, con plantas exóticas y abundancia en todas partes. El Paraíso que nos pinta Miguel Ángel es todo lo contrario. En todo el paisaje solo aparece un árbol, precisamente el Árbol Prohibido. Todo es una llanura, ni siquiera hay montañas. El pasto aparece sin detalle, solo vemos las pobres sombras que reflejan Adán y Eva.
Del lado izquierdo hay algunas piedras y un árbol que parece estar seco. El Cielo aparece sin nubes. Parece un mañana y solo tiene una pobre porción de azul en la parte superior que se difumina. El horizonte es totalmente incoloro.
Seca y árida, así seria la Tierra para Adán y Eva de allí en adelante.

Detalle del fresco

Caída del Hombre, pecado original y expulsión del Paraíso 
Peccato originale e cacciata dal Paradiso terrestre
Fresco  Renacimiento
MIGUEL ÁNGEL 1509-1511 
2.80m x 5.70 m
Capilla Sixtina
Vaticano

 


La creazione di Eva

Creación de Eva (Génesis II, 21: Entonces Yahvé Dios hizo caer un sueño profundo sobre Adán y, mientras este dormía, tomó una de sus costillas y cerró la carne en su lugar). Del costado de Adán surge Eva con las manos en posición de rezar a Dios, su creador. La desnudez de Eva carece de seducción, el cuerpo presenta una gran pesadez y el rostro está realizado con trazos gruesos pareciéndose a una matrona romana, mientras Adán se muestra con un rostro tranquilo y con una sensación de dulzura en su sueño. Como modelo para esta representación el artista se inspiró en las esculturas que había visto en el año 1494, realizadas por Jacopo della Quercia para la puerta Magna de la Basílica de San Petronio de Bolonia. Se puede observar en este fresco la simbología de los cuatro elementos, en el suelo rocoso, la tierra, en el fondo una superficie de agua azul, el aire en toda la pintura y finalmente el fuego en el color rojo de la cabeza de Adan.

La creación de Eva es una escena pintada por Miguel Ángel, tal vez es la menos conocida de sus frescos  a pesar de que se encuentra junto al más famoso de todos, el de la Creación de Adán.
En él encontramos a Dios por primera vez en el ciclo de frescos, parado en la Tierra.
Su aspecto esta vez es más terrenal. Sus cabellos y barbas ya no son plateadas, sino que se han tornado amarillentas. Dios se cubre con una túnica azul sobre su vestimenta rosa que se le vio en otras ocasiones. Aun así, conserva sus proporciones hercúleas y sigue siendo imponente, comparando su tamaño con el de Eva o el del mismo Adan.
Eva aparece en la escena, confundida y desnuda. Parece que acaba de ser creada.
Adán permanece tendido, aun dormido y ajeno a la situación que está ocurriendo.
 Esto, de acuerdo a la historia del Génesis que dice que la mujer fue de una costilla que Dios extrajo del cuerpo de Adán. . Esta vez, Adán cobra gran fuerza, a pesar de estar descansando. Su cara es parecida pero ahora es pelirrojo.
Detrás de ellos se encuentra un paisaje simple. El mar y el pasto están muy cerca. La acción se está realizando en un lugar entre piedras y árboles. Este paisaje está realizado con poca maestría.
Para que solo se destacan los cuerpos de Adán, Eva y Dios.

Detalles del fresco
 
LA CREACION DE EVA
La creaziones di Eva
MIGUEL ANGEL 1509-1511
 Fresco  Renacimiento
1.70m x 2.60 m
Capilla Sixtina
Vaticano

MANDALA

Aca va otro mio
Este es un Mandala  que me pidio una de mis sobrinas.
mucho trabajo y mucho detalle
Pero al final me gusto mucho como quedo.
Abril 2012.

martes, 20 de agosto de 2013

La creazione di Adamo

 LA CREACION DE ADAN

. La creación de Adán (Génesis I, 26: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza). Nadie como Miguel Ángel había sabido plasmar la creación de la vida humana con tanta sencillez y fuerza este misterio, la feliz idea de transmisión por contacto de los dedos, como si fuera un punto de electricidad, según Ernst Gombrich es: "uno de los más grandes milagros del arte"

 La inspiración de Miguel Ángel pudo venir del himno medieval Veni Creator Spiritus donde se pide que el dedo de la mano paterna derecha (digitus paternae dexterae) de a los fieles, amor y corazón. Existe un contraste entre la estructura esférica del manto que envuelve al Creador con todos los ángeles y el alargar la línea de su cuerpo hacia Adán, rebosando energía y una dinámica violenta. Adán en cambio, muestra una soberbia belleza con unas formas armónicas e indolentes dando la mano para encontrar la vida.
Dios es representado como un hombre anciano y con barba envuelto en una alborotada túnica color púrpura, la cual comparte con unos querubines. Su brazo izquierdo está alrededor de una figura femenina, normalmente interpretada como Eva, quien no ha sido creada aún y, en sentido figurado, espera en los cielos a que le sea dado un lugar en la Tierra. El brazo derecho de Dios se encuentra estirado, para impartir la chispa de vida de su propio dedo al de Adán, cuyo brazo izquierdo se encuentra en idéntica posición al de Dios. Es famoso el hecho de que ambos dedos están separados por una mínima distancia. La pintura tomó de tres a cuatro años en ser completada.
Las posiciones idénticas de Dios y Adán se basan en el Génesis 1:27, que dice que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza. Al mismo tiempo Dios, que aparece flotando en el aire contrasta con la imagen terrenal de Adán, quien se encuentra acostado en una estable triángulo de tierra. El nombre de Adán viene del hebreo y significa hombre y la forma femenina.

Detalles del fresco..

 LA CREACION DE ADAN
La creazione di Adamo
MIGUEN ANGEL 1511
Fresco  Renacimiento
2,80 m x 5,70 m
Capilla Sixtina
Vaticano



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